lunes, 19 de octubre de 2009

Entrevista a Jorge Quiroga

El ex Presidente de Bolivia, Jorge Quiroga hace conocer al verdadero titiritero detrás de los exabruptos de Evo Morales a nuestro país, en una entrevista realizada por el diario Correo, publicada el domingo 18 de Octubre del 2009.

Aquí se la hacemos llegar.

Justificar a ambos ladosInvitado por la Cámara de Comercio de Lima a la IV Cumbre Internacional de Comercio Exterior para exponer sobre el futuro político, económico y comercial de la región tras la crisis internacional, el ex presidente boliviano Jorge Quiroga desnuda para los lectores de Correo al verdadero titiritero detrás de los exabruptos de Evo Morales.
Correo: ¿No es un poco temprano para hablar de "poscrisis"?

Jorge Quiroga: No lo es si quieres prepararte para ello. Es importante entender que esta crisis se generó por algo estructuralmente insostenible: una relación entre China y EE.UU. que creó una bonanza muy grande entre el 2003 y 2008 para América Latina por el incremento de los precios de las materias primas y el aumento de las remesas, exportaciones y turismo. Esa bonanza, sustentada en una China que manufactura todo, con un tipo de cambio devaluado, y que permite ahorrar como loco en los EE.UU. para que sus ciudadanos compren al crédito casas sobrevaluadas y las llenen de manufacturas chinas, se acabó.

C: ¿Y en ese escenario qué se requiere?

JQ: Primero, que los países desarrollados tengan una regulación financiera prudencial, como la que nosotros hemos demostrado tener...

C: Pero precisamente nuestros países han aplicado en su regulación financiera los principios de Basilea, establecidos por los bancos centrales de las economías desarrolladas.

JQ: Es necesario entender que los buenos consejos que emanaban de Basilea no se aplicaban en Nueva York o Londres. El terreno sobre el que se edificó el sistema financiero norteamericano no era muy sólido por las razones antes explicadas. Si sobre eso, en lugar de construir edificios de doce pisos como máximo, como plantean las normas de Basilea (por un dólar de capital sólo se puede prestar hasta doce), usted construye edificios de 30 o 35 pisos como hicieron los bancos de inversión, o de 100 pisos como las agencias hipotecarias del gobierno norteamericano (Fannie Mae y Freddie Mac), no se puede esperar sino la catástrofe. Entonces, un primer tema por el que los latinoamericanos debemos abogar en cuanto foro exista es, más que por una reforma de las regulaciones, por el respeto de las existentes.

C: ¿Y además de eso?

JQ: Luchar contra el proteccionismo comercial, industrial y laboral que los países desarrollados, a pesar de sus hermosas declaraciones, vienen implementando. ¿Qué empresa de un país en desarrollo no quisiera recibir algunos de los préstamos que han recibido las empresas en problemas en EE.UU. y Europa? Debemos estar en guardia contra todas esas medidas y denunciarlas ante la Organización Mundial del Comercio, poner cláusulas de salvaguardia, etc. Otro tema es la capitalización de las instituciones financieras de desarrollo de la región. En esta poscrisis, los causantes del problema están emitiendo bonos por doquier, absorbiendo mucho de la liquidez y financiándose a tasas bajas mientras faltan recursos para la ampliación de infraestructura en América Latina. El FMI se está volviendo el fondo monetario de Europa Oriental, por lo que debemos comenzar a capitalizar fuertemente el BID y la CAF si no queremos que más adelante nos falten recursos.

C: Me parece detectar un punto de confluencia con Hugo Chávez, que también habla de crear nuestros propios bancos y monedas...

JQ: El tirano caribeño quiere hacer un Banco Sur, donde él pone el dinero y lo canaliza para sus fines políticos. Justamente, ahora en Cochabamba, en una reunión de sus marionetas del ALBA, está promoviendo una moneda regional. Bolivia, como Perú, sufrió los estragos de la hiperinflación a principios de los ochenta, cuando el dólar tenía un precio en la ventanilla del Banco Central y en la calle valía ocho o diez veces más. Hoy día, esa es la realidad de Venezuela. Imagínese hacer una moneda común con un país así y con otro como Ecuador, que tiene un sistema aún más insostenible que el de la Argentina de Carlos Menem y echar por la borda un sistema cambiario que ya tiene casi 25 años de gran estabilidad. La política cambiaria debe estructurarse a partir del flujo de comercio exterior. Nosotros no tenemos mayor intercambio comercial con Venezuela, Nicaragua o las islas del Caribe. Sólo hay una relación estrictamente de sometimiento político de parte del gobierno de Bolivia.

C: Usted ha declarado que las elecciones de diciembre en su país son cruciales, debido a que el gobierno de Evo Morales los está llevando de vuelta al siglo XIX. ¿Por qué entonces ha desistido de candidatear a la Presidencia?

JQ: El actual gobierno ha despilfarrado la mejor bonanza económica en décadas (cinco veces más exportaciones entre el 2003 y el 2008), y en lugar de aprovecharla para abrir más mercado, traer más inversión y desarrollar mayor infraestructura, la ha despilfarrado. Le hemos regalado al Perú el mercado norteamericano, se ha incrementado el narcotráfico, la delincuencia y la polarización. Estoy convencido de que mi país necesita un gobierno diferente y un rumbo distinto. Me hubiera gustado tener la oportunidad de hacerlo, pero el cuadro actual muestra que nuestra postulación no hubiera triunfado. Y como no hay un interés personal sino nacional, lo mejor y más prudente era dar un paso al costado y dejar campo a otra opción unificadora.

C: Lo que tampoco está ocurriendo, porque la oposición está fragmentada y Evo se la lleva fácil...

JQ: Eso lo veremos el 6 de diciembre. Por lo pronto, ya hemos tenido un primer éxito con la elaboración del padrón electoral biométrico, que cierra el camino a los fraudes que el gobierno ha venido perpretando. Antes, para inscribirse en el padrón electoral, bastaba ir con un documento. Chávez gastó varios millones de dólares en repartir carnés como si fueran maní confitado en las zonas proclives a Evo, de manera que sus partidarios tenían cuatro o cinco registros. Había actas en zonas rurales donde los 300 inscritos aparecían y votaban todos por Morales, cuando en el resto del país había ausentismo y dispersión del voto.

C: ¿Le preocupa la posibilidad de que Morales, además de reelegirse, gane el Senado, que ha sido el único freno a sus ambiciones dictatoriales?

JQ: Me preocupa más que siga en el gobierno. Es cierto que controlando el Senado y un tercio de la Constituyente pudimos evitar que se aprobara una Constitución comunistoide con eliminación de la propiedad privada. Pero aun con esos controles, él "le mete nomás" y luego le dice a los abogados que "arreglen las cosas". Es complicado el cuadro si seguimos con un gobierno que fomenta el narcotráfico, pierde mercados y ahuyenta inversiones. Con Evo vamos a perder la oportunidad más grande de nuestra historia de industrializar el litio y convertirnos en el centro mundial de la producción de celdas de energía eléctrica.

C: ¿Por qué ha bajado el enfrentamiento entre las regiones andinas y selváticas de Bolivia? Se especula que en su oportunidad fue incentivado desde Chile para apoyar la exportación del gas y que ahora prefieren a una Bolivia unida contra el Perú...

JQ: Francamente, el enfrentamiento era alimentado desde el gobierno boliviano para eliminar el sistema autonómico regional. Al final, ha prevalecido la autonomía, y por eso han bajado los decibeles. La única injerencia externa en Bolivia es la de Hugo Chávez; el resto no cuenta. Es el dueño, amo y señor de Bolivia. Entiendo las dificultades históricas entre Perú y Chile, pero en el Perú deben entender que aquí el que manda a atacarlos es Chávez, que tiene una asignatura pendiente desde la elección del 2006 para apoderarse de la democracia peruana, que sigue avanzando, y lo digo con sana envidia.

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